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miércoles, 29 de febrero de 2012

Cómo encontrar lo que buscamos y no lo que Google cree que buscamos

Rebelarse contra la relevancia: cómo encontrar lo que buscamos y no lo que Google cree que buscamos

Las políticas comerciales de Google están incidiendo negativamente en la pertinencia de los resultados de las búsquedas. Esto se debe a que el concepto de relevancia ha cambiado en aras de la personalización de los resultados, algo que perjudica directamente a la búsqueda objetiva, la que se realiza desde los centros de información. Priorizar los resultados que los buscadores consideran que se ajustan a nuestras preferencias dificulta la verdadera pertinencia de las consultas, la que obtiene resultados precisos y que responde a la intención de la búsqueda.
Google siempre destacó por su eficiencia, algo por lo que consiguió situarse como la herramienta por excelencia para la recuperación de información disponible en internet1. Los sucesivos cambios en los algoritmos de recuperación y la anunciada orientación de los resultados hacia las preferencias personales repercuten directamente en las estrategias de interrogación que se deben emplear para conseguir resultados objetivos y, por tanto, localizar los datos o archivos que realmente se necesitan.
La relevancia ya no consiste en ofrecer los resultados que se corresponden con lo que buscamos, sino lo que lo que las herramientas que empleamos para buscar información estiman que es lo que más se ajusta a nuestras supuestas preferencias, junto a aquello que creen que nos puede interesar en virtud de nuestro perfil: noticias, fotos, vídeos, etc. No se ofrece lo que buscamos, sino lo que se cree que buscamos. Pero, cuando se busca información desde servicios bibliotecarios de referencia o desde cualquier unidad documental, la recuperación debe estar lo más alejada posible de preferencias personales.
Los profesionales de la información deben ser expertos en recuperación de información, por lo que tienen que ser conscientes de que las lógicas de los buscadores han cambiado y de cómo ahora nuestras competencias pasan por conseguir identificar relevancia con pertinencia, no con preferencias. En definitiva, se trata de saber que, si empleamos Google, la forma de buscar debe ser diferente, más elaborada, porque distintos son ahora los resultados, menos objetivos.
Periódicamente Google informa de los cambios en sus algoritmos de recuperación2, cada vez más orientados hacia la personalización de los resultados, buscando ajustarse a las preferencias de quien realiza la consulta, es decir, a lo que Google cree que nos interesa basándose en la información que tiene de nosotros. Además, las nuevas políticas de privacidad de Google3, que tendrán efecto desde el 1 de marzo de 2012, buscan profundizar aún más en la obtención de resultados subjetivos, al unir la información que, como usuarios de cuentas de Google, hemos dejado en sus servicios: contenidos de nuestros correos electrónicos en Gmail, vídeos vistos en YouTube, historial de búsqueda almacenado, canales RSS en Google reader, perfiles de Google+ y conexiones en redes sociales, aplicaciones Android descargadas, etc.
Las nuevas políticas apuntan a un proceso de “desdoscerización”, donde la inteligencia colectiva sigue siendo un motor de la Web, mayor todavía con las posibilidades de la comunicación móvil, pero donde las preferencias interesan como mercado potencial, como escaparate de tendencias, necesidades que cubrir y productos que vender.
La denominada por la empresa Google como “experiencia Google para los usuarios”, de evidente inspiración mercantil, es contraria en principio a lo que podemos etiquetar como “experiencia Google para profesionales de la información”, quienes siempre deben partir del principio de objetividad en la recuperación de la información. La parte positiva es que estos cambios devuelven el protagonismo a los expertos en información, obligados a dominar la extracción de información de forma adecuada.
Ahora ya no se trata de conocer todos los operadores y sus combinaciones, sino que lo importante es entender cómo funciona Google para personalizar la consulta, no los resultados de las consultas, para buscar de forma precisa, para que la relevancia sea igual a la pertinencia y para que lo encontrado se corresponda con la buscado. Hagan la prueba y busquen, por ejemplo, la nueva edición de un informe de un organismo.
Si realizamos la consulta basándonos en la experiencia de usuario de Google, encontraremos noticias, páginas creadas hace tiempo, imágenes, productos en venta o conversaciones de redes sociales, por lo que se hace necesario filtrar la información desde el inicio, empleando las herramientas avanzadas que tanto Google como los navegadores y otras aplicaciones permiten; para ello, en este artículo se ofrecen algunos consejos para profesionales de la información que quieran rebelarse contra el falso concepto de relevancia y encontrar de forma ágil lo que se esté buscando.
Diez consejos para la recuperación objetiva de información
1. Busca de forma anónima. El anonimato debe ser el punto de partida. Es aconsejable realizar las consultas sin sesiones abiertas con cuentas de Google. Si se accede a un buscador o servicio previa identificación, las consultas se irán almacenando y paulatinamente los resultados se irán ajustando al historial de búsquedas. Si se busca algo diferente, se tardará más en encontrarlo, ya que al personalizarse los resultados, Google siempre intentará ofrecer lo más parecido a las búsquedas anteriores. No conviene buscar con cuentas de Google abiertas, aunque siempre se pueden eliminar los resultados acumulados, como se mostrará más adelante.
2. Usa la búsqueda avanzada. Los formularios en los que se combinan los términos de búsqueda para ajustar los resultados son un recurso esencial. El hecho de que sean sistemas clásicos no los convierte en obsoletos y siguen siendo la mejor forma de diseñar estrategias de interrogación. Aunque está activa, Google ya no enlaza claramente su útil “búsqueda avanzada”, que permite delimitar aspectos como consultar por frases, limitar los resultados a servidores específicos o elegir el formato de la información buscada. En recientes cambios de la interfaz principal de Google se eliminó el acceso directo a esta herramienta, que está disponible en:
http://www.google.es/advanced_search
3. Usa operadores de precisión. El valor de los operadores para la recuperación pertinente no es tampoco nada nuevo y está en la base de cualquier buscador eficaz. No obstante, ante los constantes cambios en los algoritmos de Google, cada vez se hace más necesario completar la consulta con algunos operadores, especialmente con aquellos que permiten realizar búsquedas literales (texto entre comillas), limitar la consulta a servidores concretos (site:servidor), elegir formatos de archivo (filetype:tipo de archivo) o excluir términos (-término1 – término2). La información sobre los operadores de Google, en especial los empleados en la búsqueda avanzada, se puede conocer desde su página de ayuda:
http://www.google.es/intl/es/help/features.html
4. Usa los filtros. Google ofrece diversas opciones para seleccionar páginas alojadas en servidores de un área geográfica, en una lengua o en una fecha, por ejemplo. Estas posibilidades se ofrecen en un menú lateral y son útiles para delimitar los resultados. Por defecto, ofrece datos cercanos a nuestra ubicación, por lo que conviene modificar esta información por un área global. De igual forma, Google permite seleccionar tipos de información: noticias, imágenes, libros digitalizados, etc., a partir de un menú que muestra en la parte superior de los resultados. El uso de los filtros se realiza de forma posterior a una consulta; en primer lugar, se debe ejecutar una búsqueda a través del formulario inicial de Google, para después filtrar los resultados con las diferentes opciones del menú lateral, precisando fechas, idiomas o lo que se considere, o del menú superior, limitando la consulta a imágenes, vídeos, libros o el formato de la información que necesitemos.
5. Usa la búsqueda textual. La relevancia, tal como la entienden los profesionales de la documentación, pasa por ajustar los resultados a los términos de búsquedas. El algoritmo de recuperación de Google se fue alejando de este principio pero, consciente esta empresa de que era necesario articular un sistema para localizar información por términos, en noviembre de 2011 puso en funcionamiento Verbatim4, que sirve para obligar a que la recuperación de los términos buscados se realice de forma textual, dando prioridad a las palabras sobre las preferencias. La opción “Verbatim” se encuentra en el menú lateral de los filtros de los resultados de una consulta, bajo las opciones “Más herramientas – Todos los resultados”.
6. Elimina la información personal. Para conseguir la despersonalización de los resultados es necesario borrar cualquier indicio de nuestras consultas anteriores, aunque en casos de centros de información especializados puede ser de interés mantener preferencias de resultados. Tanto para eliminar la información completamente, como para mantener exclusivamente la que se considere pertinente, será útil consultar el panel de control de Google, donde se almacenan tanto el historial de consultas como la configuración de los servicios que empleemos. Desde este panel se ofrece la opción para modificar la información personal, borrar algunas páginas o eliminar el historial web de forma completa. El panel de control se encuentra en:
http://www.google.com/dashboard
7. Elimina las preferencias de anuncios. Entre las novedades más discutidas del buscador Google está la personalización de la publicidad que se ofrecerá junto a los resultados de las consultas y que se modificará en función de nuestras preferencias. Si bien esta estrategia comercial es incontestable, sin embargo repercutirá en los resultados, que también se verán orientados hacia nuestros gustos o anteriores consultas. Para conseguir resultados limpios de información personal, lo más conveniente es que no se conozcan nuestras preferencias. Google nos facilita esta operación, permitiendo desactivar la generación de la cookie que alberga estos datos o accediendo a las preferencias almacenadas, desde donde pueden ser borradas. El administrador de preferencias de anuncios de Google está en:
http://www.google.es/ads/preferences
8. Elimina el historial del navegador. Los navegadores permiten que se eliminen los datos de navegación, ya sea el historial de las páginas vistas, las cookies que se han ido cargando en la sesión, las contraseñas empleadas u otros datos almacenados durante el uso del navegador. A menudo las páginas visitadas se toman como fuente de información para posteriores resultados, por lo que, si queremos realizar búsquedas anónimas, es aconsejable bien configurar el navegador para que elimine toda la información al término de cada sesión o bien realizar una limpieza manual de los datos de las consultas: historial, caché, cookies, preferencias, autocompletar, etc.
9. Vacía la memoria caché. Para una eliminación integral de la información personal, datos de páginas visitadas o cualquier otra actividad realizada con los dispositivos que empleemos para buscar información, el complemento idóneo es el borrado de la memoria caché de la CPU, donde se almacenan rutinas de las aplicaciones y datos de navegación. No se trata de una operación directamente vinculada con la mejora de resultados de las consultas en sistemas automatizados, pero  vaciar esta memoria permite iniciar búsquedas asegurándose de que no hay datos almacenados que interfieran en la posible personalización de los resultados. Un programa gratuito con probado rendimiento para el borrado de la memoria caché y las rutinas innecesarias es CCleaner, que se puede descargar desde:
http://www.piriform.com/ccleaner
10. Diversifica los recursos de información. Hay fuentes específicas para cada tipo de información, por lo que un profesional no precisa partir siempre de buscadores para localizar aquellos datos o documentos que necesita. La formación y la experiencia enseñan a seleccionar las fuentes de información más útiles, que debemos organizar para acceder a ellas de forma ágil. Es esencial disponer de un sistema de administración de recursos, para los que son especialmente útiles los servicios de favoritos sociales (Delicious, Diigo) y los escritorios virtuales (Netvibes, Protopages). Para la gestión de recursos de información cada vez son más recomendables herramientas como Zotero o Mendeley, por su versatilidad para describir cualquier tipo de recurso y por las posibilidades de sincronización de los datos en servidores en la nube, en instalaciones locales o en aplicaciones móviles. Esto mismo ocurre con el navegador Mozilla firefox, que también es una opción para la gestión de los favoritos y la sincronización de los recursos en diferentes dispositivos.
Google es la herramienta de recuperación de información de mayor valor, pero su creciente adaptación de los resultados a criterios comerciales, basados en una supuesta adecuación de los enlaces ofrecidos a las preferencias de los usuarios, está dando como resultado que sea necesario filtrar la información, emplear con frecuencia operadores o modificar las consultas para conseguir los resultados que se buscan. El anonimato en la recuperación de la información es el medio para la consecución de resultados objetivos. Google quiere conocer a sus usuarios para afinar los resultados y darles mejor servicio, pero los profesionales de la información debemos conocer a Google para obtener los resultados que buscamos y para que este potente buscador esté a nuestro servicio.
Notas
1. Google explica su evolución mediante una nota en su blog oficial del 21 de noviembre de 2011, en las que incluye un vídeo y un gráfico con una línea de tiempo muy aclaratorios.
“The evolution of search in six minutes”.
http://insidesearch.blogspot.com/2011/11/evolution-of-search-in-six-minutes.html
2. Inside search: The official Google search blog, es el canal de comunicación desde el que se informa de las novedades del buscador:
http://insidesearch.blogspot.com
3. Google unificará el 1 de marzo de 2012 las políticas de privacidad de sus servicios, que los usuarios están obligados a aceptar si quieren seguir usándolos:
http://www.google.com/intl/es/policies
4. “Verbatim” fue presentado por Google el 15 de noviembre de 2011 en la nota de su blog titulada “Search using your terms, verbatim”.
http://insidesearch.blogspot.com/2011/11/search-using-your-terms-verbatim.html
Fuente:
Merlo-Vega, José-Antonio. “Rebelarse contra la relevancia: cómo encontrar lo que buscamos y no lo que Google cree que buscamos”. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. ¿¿-??.

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